A cometer una canallada
Durante los últimos años enfrentar a Rosario
Central se ha convertido en un duro
compromiso. No importa quién sea él técnico de la institución rosarina, uno
sabe que cuando enfrenta a Central, enfrentará a un equipo híbrido: duro en la
marca y con jugadores de buen pie a la hora de atacar.
Sin embargo me tengo que atrever a poner aún más
énfasis en la versión canalla que
dirige Miguel Ángel Russo porque no conozco (o no recuerdo en profundidad)
equipo que esté allá dirigido que no ofrezca una mirada aceptable del que uno
disfruta mirando por televisión sin que se entrometa el sentimiento de hincha.
Vélez con Gracias, el Roly Zarate y Castroman;
Racing , el último Boca campeón de América y hasta aquel Central con Pappa,
nuestro Gustavo Barros Schelotto, Lucho Figueroa, el Chelito Delgado y Pablo
Vitti que de la mano de Russo deslumbraron por el buen despliegue futbolístico.
Afortunadamente su último mal paso lo dio en el banco de suplentes del vecino,
antes de recaer de nuevo en Rosario.
Miguel Angel Russo hizo de este Central que
deambulo por el Nacional B durante dos temporadas, un equipo al que la categoría
le sobraba. Central juega al futbol y le sobra actitud para tirarle la camiseta
encima al rival con el único propósito de plantar bandera en el campo de juego.
Así le ganó en la primera fecha a Quilmes en el Gigante de Arroyito, asustando
al rival, atacándolo y rematándolo cuando osaron encontrarse con el empate.
En esa primera fecha Central dijo acá estoy
como si nunca si hubiera ido. Un arquero con experiencia, una línea de cuatro
aguerrida y con salida, un medio campo plagado con jugadores de buen pie que
saben que deben colaborar en defensa y el equilibro perfecto en Federico
Carrizo; arriba el Tony Medina un desfachatado que todavía a mi entender no
alcanzo su techo, acompañado por el Chino Luna, que fue el autor de los dos
goles que sellaron la victoria pero que en mi humilde opinión (y tocó madera
para no equivocarme) nunca termino de enamorarse con la red y que en la segunda
fecha, cuando los de Russo enfrentaron a River, no cumplió con la ley del ex.
En ese partido ante River, el sistema de los
rosarinos fue muy parecido al que a utilizó Gimnasia una fecha antes y que nos entregó
un saldo positivo. Un equipo que resignó la pelota, que se armó de atrás para
adelante, sabiendo que las oportunidades de gol aparecerían. Las oportunidades
aparecieron pero no las supo aprovechar y si bien estuvo bien acomodado en defensa,
una pelota parada, una distracción y River facturó.
Más allá de todo este análisis, hay algo que tengo
muy claro: al igual que cada vez que nos toca a nosotros visitar el Gigante, saben
muy bien que al llegar al Bosque les espera un partido del que es muy probable no se lleven nada.
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