El Clásico platense N° 153
Octava Fecha - Torneo Final 2014
Licht y el festejo de gol que marcó la única diferencia del historial |
Dos empates y un triunfo para Gimnasia, es el pequeño historial de enfrentamientos entre estos dos grupos de jugadores que mañana volverán a verse las caras.
Si repasamos esos tres encuentros, no hay demasiada diferencia en como fue su desarrollo, a pesar de los resultados y mas allá de que seguramente el que él conjunto de Pedro Troglio se quedó con la victoria fue en el que menos la mereció.
En aquel encuentro en el ciudad de La Plata, el lobo sacó diferencia con el trabajo en la semana: la marca personal de Mussis sobre Veron, Díaz y Meza intentando tapar la subida de los laterales y los volantes, en fin: un partido muy bien programa por la cabeza de Troglio y colaboradores y ejecutado a la perfección por sus dirigidos.
En los dos disputados durante el verano se vió el juego clásico de un clásico de verano (valga redundancia): dos equipos con todas las intenciones de ganar para arrancar con la moral alta, pero con los cuerpos cargados por los trabajos de pretemporada y la falta de ritmo con la pelota. El lobo dejó una mejor imagen en el primero de los dos, pero paradójicamente fue en el segundo encuentro disputado en Mar del Plata en el que se quedo con la victoria.
Es casi imposible imaginar que el encuentro de mañana sea muy diferente; es dificil imaginar a la balanza inclinada en favor de uno u otro; No hay punto y mucho menos banca (aunque en el imaginario colectivo se crea que el hecho de disputarse solo con publico local pueda incidir en el resultado). Son dos equipos parejos futbolística y mentalmente, quizás Estudiantes es mucho mas ciclotímico que el lobo, pero esté un poco mas limitado en sus capacidades con la pelota.
Gimnasia que siempre propone un juego mas defensivo o que por lo menos su capacidad ofensiva se basa mas en la recuperación y el posterior despliegue ofensivo, deberá ejecutar su estilo a la perfección: ganando las divididas y aprovechando las opciones frente al arco rival. Y sobre todo, mantenimiento la presión durante la mayor parte del tiempo, ya que las dimensiones de la cancha y el juego del rival, ante el cese de la presión, pueden resultar perjudicial tal como ocurrió cuando el lobo recibió a Belgrano.
Ni punto ni banca... un clásico como Dios manda.
Ni punto ni banca... un clásico como Dios manda.
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