Nació el último día del año 1912
en nuestra querida ciudad. Hermano menor de Ricardo Naón, también jugador del
primer equipo mens sana durante la era amateur entre 1915 y 1922, fue socio de
la institución desde los 7 años de edad.
En 1927 con 15 años llegó al club
para jugar en 5ta división y dos años después tener su debut oficial en la
primera del club cuando todavía el futbol argentino era amateur. Fue el 23 de junio de 1929 cuando el Lobo recibía
a Boca Junior en 60 y 118. Scarpone, Di Gianno, Maldini, Garcia, Enrique,
Ruscitti, M. Currel, Varallo, Naón Diaz y Morgada los once que saltaron a la
cancha. Gimnasia perdió 1 a 0 pero el partido quedaría en la historia tripera
como el día que debuto el Torito.
Una semana después en su visita a
Estudiantil Porteño, Naón empezaría con la sana costumbre de gritar goles con
la camiseta de sus amores. Fue 2 a 1 a favor del Lobo y el segundo tanto
tripero lo convertiría nada más y nada menos que Francisco Varallo. Con 17 años
El Torito era parte del plantel de la primera de Gimnasia y Esgrima La Plata.
Entre 1929 y 1931 jugó apenas 15 partidos y convirtió 5
goles, incluido su primer gol a uno de los grandes del futbol argentino y él único
que hizo en 1931 cuando en la cancha de River el Lobo cayó por 4 a 1 y el
Torito convirtió el único tanto. En 1932 se afianzaría como titular indiscutido
y como un goleador nato con 14 goles entre el torneo oficial y la Copa Beccar
Varela.
El despegue definitivo lo hizo en el equipo de El Expreso
cuando el poder de los grandes dejó a Gimnasia con las manos vacías y al Toro
con la boca seca por los goles gritados. El sobrenombre del equipo fue una
marca del diario Crítica porque es un
tren que arrasa todo lo que se le pone enfrente y logra encumbrarse con los
poderosos.
Ese torneo el Torito convirtió la extraordinaria cifra de 33
goles, 1 de cada 3 goles de El Expreso fueron convertidos por Arturo Naón. Sin
embargo el título de goleador del torneo se lo quedaría un viejo amigo y
compañero de ataque durante los años del amateurismo: Panchito Varallo.
Para el anecdotario queda aquella sentada de protesta en el
partido de la segunda rueda contra San Lorenzo y los 4 goles en 14 minutos que
le hizo a Talleres de Remedios de Escalada. Ese día el Lobo ganó por 7 a 1 y El
Torito hizo 5.
El bajón anímico por lo robos suscitados al Expreso, hizo de
1934 un año irregular para el equipo y si bien continuó inflando las redes ya
nada fue como antes y terminó por marcharse.
San Lorenzo, Racing, Flamengo, Peñarol disfrutaron su
destreza futbolística pero su amor por el club lo hizo volver al Lobo donde se retiró
en 1943. Su huella sigue marcada en el verde césped de 60 y 118 al punto de que
pasados 80 años nadie pudo superar su marca de 95 goles (contando solamente lo
hecho a nivel profesional) que lo pone como el máximo goleador en la historia
del club.
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